Vista desde Cabo Vidio |
Las cuatro de la tarde, y allí tumbado sobre aquella alfombra natural con la mirada fija en las cristalinas aguas, el farero hilvanaba una estrategia encaminada a terminar con la pesadilla que lo había desvelado durante toda la noche y que aquella mañana se había convertido en una obsesión capaz de perturbar la enorme paz que hasta entonces le había rodeado.
El día anterior había bajado por