martes, 26 de febrero de 2013

El potencial de la huella americana

La Voz de Galicia. Ana de Antonio 16/12/2009


Base Americana de Loran
El farero de Estaca de Bares, en el Concello de Mañón, ha redactado un proyecto para recuperar la antigua base militar, en ruinas desde los años noventa.

Lleva tiempo pergeñando un proyecto para la antigua base americana de Estaca de Bares, en el Concello de Mañón. Pero fue cuando escuchó la palabra derribo cuando se puso a teclear lo que en su opinión, respaldada por la mayoría de los vecinos, convertiría la herencia americana en uno de los atractivos turísticos más importantes de la provincia.

Eugenio Linares (Oviedo, 1953), es el farero de Estaca de Bares desde
hace 28 años. Conoce el terreno como la palma de su mano y tras todo este tiempo custodiando la zona ahora puede poner sobre el papel el mejor aprovechamiento de la antigua base americana actualmente en ruinas, cuyos inquilinos abandonaron la localidad a comienzos de los años noventa.


Para justificar su propuesta, este técnico en sistemas de ayuda a la navegación deja caer un dato que habla por sí mismo: en un solo día de agosto del pasado año, el lugar más septentrional de la península, donde el mar Cantábrico y Atlántico se separan, recibió 1.200 vehículos, lo que hace pensar que en un jornada al menos 2.500 personas se acercaron a este impresionante rincón. Un rincón, sin embargo, que carece de los mínimos servicios y mucho menos ofrece al turista otra cosa que no sea su propia naturaleza.

Es por ello por lo que el proyecto de Linares, que descansa en escritorios del Ministerio de Defensa, Medio Ambiente, Fomento, varias consellerías y el Concello de Mañón, empieza por habilitar un aparcamiento, ofrecer servicios, crear un gran museo, dos miradores, un paseo marítimo y un área recreativa, una actuación que podría llegar a crear alrededor de media docena de puestos de trabajo.

Demasiada riqueza oculta

Linares lo tiene todo pensado. Cerca de la mitad de las dependencias que forman la antigua base estarían destinadas al museo de Estaca de Bares. Un lugar que recogería la historia de un espacio «que acumula restos de un antiguo castro, del paso de fenicios, romanos, mantiene parte de los cimientos del antiguo faro -el actual se levantó en 1850- y cuenta con una impresionante riqueza geológica y de flora y fauna». Riqueza que en ocasiones los visitantes no conocen y «algunos arrojan piedras por el acantilado sin percatarse de que pueden formar parte del castro allí ubicado, de un asentamiento megalítico, del primitivo faro de época prerromana o de una atalaya ballenera de tiempos remotos», explica el farero.

El escritor Higinio Puentes «estaría dispuesto a exponer en el museo los naufragios ocurridos en la zona», asegura. «También se podría relatar los detalles del hundimiento del submarino alemán junto al faro o las formas de pesca más comunes en la zona».

La galería se extendería al otro lado de la base, cruzando la antigua cancha de baloncesto de los americanos. «Nudos marineros, conchas de la ría, oficios tradicionales». Ideas no le faltan para el museo, que «sin duda debería dedicar un espacio a los americanos que estuvieron aquí. Muchos de ellos vienen en verano para enseñar a sus familias el lugar en el que trabajaron durante años. Estarían encantados de colaborar en este proyecto».

Linares cree que la habitación que los antiguos inquilinos utilizaban para jugar al squash es por su altura el lugar perfecto para habilitar un mirador acristalado. Y otro exterior para los días soleados.

Productos locales

Sin dejar de repetir «esto hay que recuperarlo, todo», el farero de Estaca señala otras dependencias, también en ruinas, que podrían convertirse en aulas didácticas en las que impartir cursos o conferencias, una oficina de turismo, una pequeña tienda en la que adquirir productos locales o un espacio en el que llenar el estómago. Todo ello conectado por una pasarela de madera de unos 600 metros que enlazaría la base con el faro. Además, el proyecto incluye un aparcamiento y aseos. Muchos visitantes «buscan entre la maleza un lugar en el que hacer sus necesidades».

Actuación sostenible

«No se trata de cargar al Ayuntamiento de Mañón, tampoco a ninguna consellería». Este proyecto, asegura, «se puede llevar a cabo de una forma sostenible». Explica que «si en el aparcamiento se cobra un euro y otro en el museo, además de ahorrar energía aprovechando la luz natural e instalando paneles solares, sería asumible pagar unos mil euros a cada trabajador».

Además, la tienda de productos locales «podría activar la producción y economía del municipio».
Ahora que llega la Navidad, «a ver si nos toca la lotería y la administración nos concede este regalo. Sería la oportunidad del municipio»

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